Alguien ha sentido la necesidad de pegar por las calles estos carteles. Impresos, recortados, pegados con goma de papeles pintados de paredes, para dejarnos una frases.
"No más improvisación"
No es un texto contundente, claro, explicativo. Es de sentido común, pero sin contexto se queda corto, nos falta al verlo saber qué deseaba expresar su autor, pues estoy seguro que no solo era esa frases, debe haber un motivo.
Pero el mundo expresivo es así, no siempre es sencillo de entender. Incluso al no tener mayúscula el inicio de la frase, parecería que forma parte de una frase mayor, de un párrafo diseminado.
¿Qué se esconde detrás de los carteles que gritan desde los muros de una gran ciudad: "No más improvisación"?
La ciudad se ha convertido en un lienzo para mensajes urgentes, pegados con fuerza en paredes y postes.
Estas frases, a menudo lapidarias y desconectadas de un contexto más amplio, nos invitan a reflexionar: ¿Qué motivó a alguien a plasmar este mensaje tan rotundo en el espacio público?
¿Qué experiencias, emociones o ideas busca comunicar?
El hecho de que estas palabras carezcan de un marco de referencia más amplio, las convierte en un pequeño enigma que nos interpela y nos obliga a buscar respuestas.
Se inscriben en una tendencia creciente hacia la comunicación visual y la expresión urbana. Es muy sencillo imprimir tus propias frases y dejarlas depositadas en las calles de tu barrio.
Se inscriben en una tendencia creciente hacia la comunicación visual y la expresión urbana. Es muy sencillo imprimir tus propias frases y dejarlas depositadas en las calles de tu barrio.
En un mundo cada vez más visual, las paredes se han convertido en un soporte privilegiado para transmitir ideas y emociones.
Sin embargo, la falta de un marco de referencia claro en estos mensajes puede generar múltiples interpretaciones y debates.
¿Estamos ante una nueva forma de activismo ciudadano o simplemente ante una moda pasajera de una persona en concreto que simplemente goza con ver sus textos en las paredes por las que pasa?