Los gritos contra quien manda son siempre lógicos pues las sociedades no pierden el tiempo con quien obedece. Tampoco con quien no manda. Por eso siempre criticamos a los gobiernos.
También criticábamos a los padres cuando nosotros éramos hijos, y a los jefes cuando éramos operarios. Es así desde siempre.
He querido retocar le pegatina para que no se leyera contra quien iba dirigida. Eso es lo de menos, es atemporal además. Es un grito mantenido desde siempre.
Y además los adjetivos son siempre los mismos. Lo cual habla muy mal de nosotros mismos si vivimos en un país democrático, pues da la sensación de que somos imbéciles, ya que siempre votamos a los peores.
Esta imagen de arriba tiene más de una década y es Madrid, y eso ya es una pista, pero daría igual. Se puede ver ahora mismo o si buscamos en nuestros archivos de hace dos o tres décadas, nos encontraríamos el mismo insulto.
Un poquito de originalidad en nuestras críticas no estaría nada mal. Por cambiar de adjetivos, por añadirle variedad al insulto.