Tenemos tanta necesidad escondida, callada, de expresarnos, que en cuento nos ponen un Árbol de los Deseos en la calle, lo llenamos enseguida de frasees y deseos positivos.
Nada que ver con lo que vemos en las Redes Sociales en donde todo son insultos y frases negativas.
Ahora, cerca ya de la Navidad es normal ver en nuestras ciudades estos Árboles de los Deseos. En algunas instituciones europeas los hay de continuo para recoger opiniones de los visitantes.
Necesitamos hablar, y por eso los muros de nuestras ciudades están llenos de fraees más o menos válidas.