La abstracción en los muros de nuestras calles

Tras poner ayer un anuncio de una taberna en una ciudad romana, nos vamos ahora en un aparente giro casi total para ver la decoración de una peluquería actual, para continuar después con otra posible decoración abstracta en una roca prehistórica de África del Sur. ¿Y qué tienen que ver todos estos ejemplos?

Muros con miles de años de distancia, que van desde la publicidad hacia la abstracción, y moviéndose entre diferentes culturas. Figuras más o menos circulares, casi aleatorias, para reforzar posiblemente anuncios o comunicaciones. 

No sabemos bien qué nos quería decir quien desde aquella África del Sur hizo estos círculos en una pared que vemos abajo, pero tampoco qué se quiere reforzar en su negocio de peluquería con estas figuras rosas y azules cían que semejan círculos y algo más.

Pasamos de la publicidad como antes decía, a utilizar la abstracción en los muros. Pero detrás y dentro de todas estas decisiones hay personas que sus ideas tienen algo en común aunque haya pasado miles de años. Nuestra cultura interna, movida por culturas externas, mantiene un poso similar.

Como seres humanos, nuestra necesidad de comunicar sin utilizar la palabra es ancestral, ajena a los tiempos y a los idiomas. Incluso tenemos dudas sobre lo que realmente quieren decir los creadores de estos signos. Hablan con GRITOS y SIGNOS.

Hay GRITOS y SIGNOS que son atemporales, que están dentro de nosotros y que incluso pensamos por lógica, que son los básicos, que no hay otros más fáciles de realizar. Los niños empiezan dibujando círculos también.

Joan Miró como vemos al final de la entrada siguió utilizando los círculos como manchas, como signos y abecedario propio, para expresarse. Igual que hace miles de años, igual que en la actualidad para muchas obras que vemos por los muros de nuestras calles.