Es imposible gustar a todo el mundo.
Es imposible que todo el mundo entienda lo que hacemos.
Pero sería deseable que se respetaran los trabajos de todas las personas.
Para decorar una fachada, una serie de talleres de artesanía pintó las fachadas de colores con formas irregulares.
Y siempre hay un tonto que cree que su verdad tiene más razón que las de los que habitan entre esas paredes.
Y escribió encima de los muros decorados con colores, esa frase de torpes mentales y sociales.
No se puede lograr otra cosa que no sea sonreír y pensar que es inevitable.
Ellos no tienen razón.
El resto tampoco.
¿Qué es la razón cuando sabemos que la razón absoluta no existe?