Uno de los principales problemas con los que nos encontramos a la hora de saber qué sentido podrían tener en el urbanismo de la antigüedad los grafiti, es que por su propia naturaleza siempre han sido efímeros.
Conocemos lo que nos ha ido quedando sin destruir, algo que es complejo de asegurar que fuera lo único. En este caso Pompeya y Herculano nos sirven mucho para conocer esos periodos en el Arte Urbano.
No se crean nunca los grafiti para durar en el tiempo, su fecha de caducidad es clara y eso los convierte en unos mensajes que se evaporan y pierden muy pronto.
Se han podido conservar de la antigüedad aquellos que están tallados, pintados en cuevas, grabados en piedra o en láminas metálicas, algunos pocos pintados sobre muros en las ciudades que se quedaron congeladas en el tiempo por la lluvia de lava del Vesubio, y poco más.
Se han podido conservar de la antigüedad aquellos que están tallados, pintados en cuevas, grabados en piedra o en láminas metálicas, algunos pocos pintados sobre muros en las ciudades que se quedaron congeladas en el tiempo por la lluvia de lava del Vesubio, y poco más.
Se han perdido todos los que presumiblemente se hicieron en papel o pergamino, en telas o pieles, los que se hicieron para durar poco tiempo.
No podemos decir si en realidad las calles de la antigüedad contenían muchos o pocos mensajes, si se borraban y se solapaban, como sucede en la actualidad.